jueves, 6 de septiembre de 2012

Tarragona: capital del aburrimiento 2012

Tarragona está siendo este año la Capital de la cultura Catalana, una distinción que ha pillado por sorpresa a la ciudad. Medio año después de la inauguración, Tarragona no solo no está cumpliendo las expectativas, sino que está convirtiéndose en un fiasco. Pensaba que la ciudad no estaba tan muerta el el ámbito cultural como creía, pero veo que si. A continuación, expongo una serie de reflexiones y opciones interesantes -y económicas- que podrían haber sido completamente un acierto si el Ayuntamiento las hubiera planteado. 

Uno: creación de una feria del libro, donde librerías, cooperativas, instituciones, editoriales -apostemos por las independientes- y público tengan un espacio para compartir experiencias -no solo que sea un mercado-, es decir, que haya actuaciones, recitales, lecturas, espectáculos, conferencias... en Tarragona hay autores de sobra contrastados para tirar adelante un proyecto de estas características y también hay público. Hay que dar cancha a los que vienen por detrás y acercar la cultura y no estamparla en una plaza y que vengan a recogerla. La Rambla Nova sería un paisaje perfecto para este acontecimiento.

Dos: oferta dramática. Es triste decirlo, pero en el ochenta por ciento de los casos te tienes que ir a una capital de comarca para ver mejor y más teatro que el que hay en Tarragona. Menos mirar por el caché y más por la calidad... podrían aprender las instituciones de la Cooperativa Obrera y la Sala Trono.

Tres: espectáculos en la calle. Es cojonudo -hablando en plata- de que por la Tecla y Sant Magí nos llenen la calle de conciertos y demás, que promocionen la Palmera... ¿pero los conciertos de autor no se pueden explotar?  por lo que se ve esas placitas que hay en la Part Alta o por el Serrallo no pueden tener música, teatro, danza, magia. Este es un mal que tiene Tarragona desde hace años, que centraliza las fiestas en su núcleo y en parte se olvida de las barriadas. Malament. 

Y ciclos de cine, factoría joven -me río yo de la Tabacalera- conferencias, exposiciones... porque la mayoría de estas últimas vienen de manos de iniciativa privada. Si no se arriesga, si vemos a la Crespo con el discurso de la puñetera crisis... quizá haya que innovar un poco.

Ya lo dije a principios de año: Tarragona y su capitalidad cultural iban a ser un fiasco. Es cierto que hay una gran labor con el Concurs de Castells y la Mostra de Focs Artificals -donde han metido también la tijera-, pero a veces, la situación de la cultura en la ciudad da vergüenza ajena... y lo dice uno que viene de una ciudad donde digamos que la cultura en sí no se cuidaba para nada...

Digo lo mismo que con la sanidad y la educación: si seguimos viendo la cultura como un gasto y no como un servicio y un derecho, mal vamos. Si empezamos a cambiar desde ya el chip, quizá todavía estemos a tiempo de hacer algo. 

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