miércoles, 11 de abril de 2012

Desintoxicación

Ayer por la tarde después de llegar de Reus y leer con Nerea algunos poemas en catalán, me dirigí hacia mi cuarto y nada más vislumbrar la estantería, cogí el primer libro que mis dedos tocaron; en este caso la antología poética Exactamente mi vida, del poeta luso Fernando Pinto do Amaral (ERE, 2009), traducida por el extremeño Antonio Sáez Delgado. Ha sido una lectura breve, de desconexión -las tardes de lunes a miércoles son duras entre idas y venidas de una parte de la ciudad y a Reus- y de reflexión. Reflexión sobre el dorado paisaje de mi memoria, mi recuerdo de como no, Portugal:

La música del aire se desvanece en sombras,
tú sabes que es así,
que los días corren veloces, no intentes
seguir su rastro: fíjate
cómo son felices las aves en abril.

Fueron treinta minutos de cultivo literario. Pocos poemas leí, más bien refresqué la memoria para desintoxicarla de realidad, noticias, pesadez de piernas y estudios. Y me fue bien... aunque los recuerdos en forma de nostalgia, aquellos que aparecen sin llamar a la puerta, tergiversen la realidad un poco para acercarla al pasado.


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