La calle estaba inmersa en el silencio, se había levantado una fresca brisa que acariciaba las hojas de la morera. Buenas noches, dije, o mejor dicho: adiós. ¿A quién o a qué estaba diciéndole adiós? No lo sabía bien, pero era lo que me apetecía decir en voz alta. Recliné la cabeza hacia atrás y me puse a contemplar la luna.
Antonio Tabucchi
Réquiem (Anagrama, 1994)
Réquiem (Anagrama, 1994)
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