sábado, 25 de agosto de 2012

Puñaladas sobre el amor

Nadie, nunca nadie entiende de amor aunque aparezca de repente. Aunque se mantenga perenne es una certeza en la que se cree aunque sea vagamente. Es bálsamo que es untado con un puñar por el corazón. Del destino depara que ese puñal poco a poco vaya cogiendo la forma de un untador sin punta que acabe acariciando el alma o se vaya clavando poco a poco en el pecho y cuando sea tarde para extirparlo de nosotros nos desangre. 

"Eso que llaman el amor es el exilio, con una postal del país de vez en cuando" de Samuel Beckett
¿a qué se referirá el irlandés? ¿a la soledad que uno siente a veces al verse volcado por la pasión cuando no hay nada más que la presencia masculina/femenina en la vida? Uno de los males del amor es adentrarse -cual touareg- en la inmensidad del desierto acompañado por una segunda persona.

"Bajo el imperio de un interés amoroso, desaparece todo peligro y hasta el ser mas pusilánime encuentra valor" de Arthur Schopenhauer
El amor es como una borrachera que deshinibe a las personas y volatiliza sus miedos. También es una fuente potencia de ridículo y vergüenza ajena. Lanzarse a una piscina en la que no haya nada en el fondo, ni tan siquiera agua.


Luego está lo escrito, lo explicable. Lo que puedes leer y opinar. Hombres que son los que lloran, sufren y ríen sin ser afeminados. Querer es universal y así lo plasmo. Siempre me he preguntado por qué está mal visto ese sufrir, ese ver diferentes a los hombres que lloran, a los que sienten... en definitiva; a los que dan todo en silencio. Muchas veces el poderío de ese silencio es tan grande, por eso me gusta escribir desde dentro de él...

Sentirme -a veces- protagonista de la realidad, de lo que escribo.

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