lunes, 18 de febrero de 2013

Beckett ilumina el camino


Hoy no puedo dar continuidad a un relato que tengo entre ceja y ceja. La frecuencia de mis planteamientos disminuye a cada letra que tecleo... "

("Da igual. Prueba otra vez. Fracasa otra vez. Fracasa mejor.")

Sé lo que cuesta escribir. No hay nada en el fondo del papel. Su planicie es la exactitud del pensamiento que tenemos entre ceja y ceja. Aquello que lo despierta es el apetito, y yo me quedo sin más fuerzas que aquellas que puedan darme cada uno de los sentimientos que fluyen en mis dedos hasta que pulso la tecla... creo en la pedagogía literaria. La necesito.

("Empleo las palabras que me has enseñado. Si no significan nada, enseñame otras. O deja que me calle.")

Grande Beckett...

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