El sábado hablando en la Penya -quinto va, quinto viene- salieron los camaleones: aquellos que jugaron con el ladrillo, que ahora juegan con el pienso: su precio, su valor, su cantidad... y ahora parece que les da por jugar a dictar qué se ha de estudiar y por consiguiente, su precio; haciendo que la universidad en el estado español se entienda a vistas imparciales como una fábrica de hijos de puta en determinadas facultades.
Cuando hablo de camaleones me acuerdo de Wert, el ministro. Tertuliano correcto, pero dejando bien marcadas sus convicciones... nadie podía presagiar que fuera un energúmeno y un gilipollas de tal calibre. Me pongo a su altura: soy también un estudiante de extrema izquierda y mis padres unos irresponsables. También habría que preguntarse, y yo me lo pregunto, si el señor ministro entiende qué significa extrema izquierda y que uno a cierta edad, pese a las putaditas que le suelten, viniendo de donde viene ya está curado de espanto.
Cuando hablo de camaleones me acuerdo de Wert, el ministro. Tertuliano correcto, pero dejando bien marcadas sus convicciones... nadie podía presagiar que fuera un energúmeno y un gilipollas de tal calibre. Me pongo a su altura: soy también un estudiante de extrema izquierda y mis padres unos irresponsables. También habría que preguntarse, y yo me lo pregunto, si el señor ministro entiende qué significa extrema izquierda y que uno a cierta edad, pese a las putaditas que le suelten, viniendo de donde viene ya está curado de espanto.
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